L Brands, la empresa Matriz de Victoria’s Secret, obtuvo el mediocre puntaje de 17 sobre 100 en el nuevo índice de Marcador de Género 2020, publicado el martes pasado, a pesar de que la empresa ha dejado de lado sus desfiles de ‘ángeles’ y ha presentado un nuevo grupo de modelos diversos.

La investigación realizada por World Benchmarking Alliance evaluó las acciones de 35 de las empresas de moda más grandes del mundo, para cumplir con el quinto Objetivo de Desarrollo Sustentable de las Naciones Unidas: incrementar la equidad de género y empoderar a las mujeres.

L Brands se encuentra en el lugar 27 en esta lista de 35, con una calificación de 17; una docena de puntos por debajo del promedio en la industria.

Jill Kortleve, modelo de Victoria’s Secret, modela pijama en sirsaca de algodón (Victoria’s Secret).

Encabezan la lista las empresas Gap, propietarios de Banana Republic, Athleta y Old Navy, así como VF Corporation, conocidos por las marcas The North Face, Vans y Timberland, con un puntaje de 53.9/100. A continuación se encuentra Adidas, con calificación de 50.1, seguida por Levi Strauss & Co y Target, los cuales completan los primeros cinco lugares con calificación de 47.3.

Si bien L Brands calificó favorablemente en temas como compensación y beneficios en el lugar de trabajo, así como representación de género en la cadena de suministros, se quedó bastante atrás de sus pares en todas las áreas de la evaluación.

L Brands y en particular la marca Victoria’s Secret sufrieron un duro golpe después de que se revelaran sus vínculos con Jeffrey Epstein, acusado de pedofilia.

Epstein fue administrador de la fortuna de Les Wexner, fundador de L Brands. Varias mujeres han declarado que se hizo pasar por un reclutador de Victoria’s Secret con el fin de abusar de ellas.

Wexner abandonó la empresa en mayo de 2020, pero L Brands ahora se encuentra bajo demanda de accionistas activistas, quienes acusan que el fundador de la empresa y su esposa tenían conocimiento de que Epstein empleaba la casa de invitados en su mansión de New Albany, Ohio, para abusar de menores de edad.

Esta demanda alega que el vínculo entre Wexner y Epstein provocó un daño a la reputación de la compañía.

De acuerdo con el informe, aunque L Brands se ha posicionado en contra de la discriminación en el lugar de trabajo y del acoso, e incluso tiene una política específica contra violencia y acoso, la empresa no requiere a sus proveedores implementar políticas similares para amparar a sus empleados, y tampoco supervisa activamente el problema

Lo anterior refleja una tendencia presente en la industria de la confección, de acuerdo con Word Benchmarking Alliance.

“La industria no está cumpliendo sus promesas en lo que se refiere a la equidad de género”, comenta Paulina Murphy, directora de participación del grupo. “Hemos observado una notable diferencia entre las declaraciones y las acciones de las empresas en lo referente a problemas vitales tales como remuneración, equilibrio de género en el liderazgo, así como violencia y acoso”.

Este informe apareció poco después de que Victoria’s Secret anunciara una renovación total de la marca, reemplazando a los icónicos “ángeles” de la pasarela por el nuevo “VS Collective”, el cual incluye a la capitana del equipo de balompié femenil de Estados Unidos, Megan Rapinoe; a la campeona internacional de esquí china, Eileen Gu; a la modelo de tallas grandes suiza-americana Paloma Elsesser; y a la actriz India Priyanka Chopra Jonas.

Megan Rapinoe, medallista de oro olímpica y dos veces campeona de la Copa Mundial de balonpié, pronuncia comentarios durante un evento en honor del Día de Igualdad Salarial, frente al presidente de Estados Unidos Joseph R. Biden Jr. y a la primera dama, la Dra. Jill Biden, en el edificio de la Oficina Ejecutiva Eisenhower en Washington, D.C., el pasado 24 de marzo. (Chip Somodevilla/Getty Images).

Esta renovación de la marca fue anunciada junto con el lanzamiento de un nuevo grupo caritativo llamado el Fondo VS Global para la Investigación de Cáncer de las Mujeres (VS Global Fund for Women’s Cancers). Mediante esta asociación, Victoria’s Secret promete donar al menos cinco millones de dólares anuales para resolver inequidades raciales y de género y patrocinar investigaciones contra el cáncer.

Asimismo, L Brands anunció el nuevo equipo de liderazgo de Victoria’s Secret; de los siete nuevos directores ejecutivos, seis de ellos son mujeres.

Martin Waters, quien se convirtió en director ejecutivo de Victoria’s Secret en febrero, explica esta renovación como un esfuerzo por convertir a la empresa de lencería en el “principal defensor mundial de las mujeres”.

La renovación de marca de Victoria’s Secret ocurre como parte de una tendencia de las empresas de moda hacia un cambio de actitudes diseñado para atraer a los consumidores más jóvenes, quienes valoran cada vez más la ética con la que las empresas se conducen .

De acuerdo con un estudio realizado por Porter Novelli/Cone, el 90 por ciento de la “generación Z” considera que las empresas deben emprender acciones para ayudar al mundo a resolver sus problemáticas sociales y ambientales, mientras que el 75 por ciento asegura que acostumbra investigar las posturas de una empresa antes de adquirir sus productos.

Los principales temas que preocupan a la Generación Z en lo que se refiere a la industria de la moda son sustentabilidad y la explotación laboral, de acuerdo con JUV Consulting, una firma que se promociona como “fundada y dirigida por miembros de la generación Z”.

Sin embargo, el cambio de marca de Victoria’s Secret ha llevado a algunos a cuestionarse si su nueva postura con conciencia de género es una señal genuina de un cambio en los valores dentro de la empresa, la cual es reconocida desde hace mucho tiempo por sus supermodelos con poca ropa, o si estos cambios solo están orientados al marketing.

La modelo brasileña Gisele Bundchen modela un bikini dorado con plumas doradas durante un desfile de modas benéfico de Victoria’s Secret en Cannes, Francia, en mayo de 2000 (Davy y Valente/Getty Images).

También ha planteado preguntas sobre sus compromisos éticos más amplios. La sustentabilidad ha sido durante mucho tiempo un problema en la industria de la moda rápida, y Victoria’s Secret no ha sido una excepción.

La compañía recibió una reacción violenta el año pasado cuando se encontraron cientos de sujetadores desechados afuera de una tienda recientemente cerrada en Colorado.

Aunque la marca no ha sido acusada de problemas de sustentabilidad de la misma magnitud desde entonces, L Brands obtuvo un 0.5 sobre 100 en el Ranking de Algodón Sustentable de 2020, y ha recibido una calificación de “C” en el programa de Cambio Climático de CDP desde 2016.

Al mismo tiempo, Victoria’s Secret ha logrado algunos avances en lo que respecta a la sustentabilidad.

Según su sitio web, la empresa “recicló” millones de botellas de plástico y donó suficiente dinero para plantar cien mil árboles. También afirma formar parte de la Coalición para la Moda Sustentable (Sustainable Apparel Coalition).

Tammy Roberts Myers, portavoz de L Brands, dijo a Zenger  que la empresa también había establecido un grupo de trabajo interno que se reúne casi todas las semanas para “crear un viaje intencional para la marca”, enfocado en mejorar tangiblemente sus esfuerzos en temas de sustentabilidad.

Sin embargo, Tracy Meserve, bibliotecaria del Museo Textil en Washington, DC, comenta que normalmente se muestra escéptica ante las “iniciativas de sustentabilidad” anunciadas por las principales marcas de ropa.

Si bien algunos tienen sustancia, dijo que la mayoría tienden a ser solo tácticas de marketing. La diferencia generalmente se revela cuando una marca tiene objetivos precisos, métricas específicas y plazos definidos para lograrlos, de modo que los mismos clientes puedan pedirles cuentas, según Meserve.

“A menos que se aprecie este tipo de detalles en objetivos muy específicos y con métricas muy específicas, honestamente me parece que es un lavado de imagen”, dijo Meserve.

Otro tema por el que Victoria’s Secret ha enfrentado críticas recientemente es la explotación laboral.

Un estudio de 2020 del Instituto Australiano de Política Estratégica (Australian Strategic Policy Institute) reveló que varias marcas mundiales, entras estas Victoria’s Secret, se habían beneficiado directa o indirectamente del trabajo forzoso de los musulmanes uigures, de la región autónoma uigur de Xinjiang, China, desde 2017.

Manifestantes asisten a una protesta a favor de la comunidad uigur en la Casa del Parlamento en Canberra, Australia, el 15 de marzo. (Sam Mooy / Getty Images).

El portavoz de L Brands comenta a Zenger  que ellos nunca han tenido operaciones dentro de esta región.

La compañía ha cuestionado la precisión del estudio de 2020, y ha enviado una respuesta a las Naciones Unidas negando cualquier relación comercial con la región.

No obstante, el 20 por ciento del algodón mundial proviene de la región de Xinjiang en China, lo cual dificulta evaluar la limpieza de la cadena de suministros. De acuerdo con la Coalición para Abolir el Trabajo Forzoso (The Coalition to End Forced Labor in the Uyghur Region), en la región de Uigur, prácticamente toda la industria de la confección y el calzado está contaminada por este tipo de explotación.

Jewher Ilham y Penelope Kyritsis del Consorcio de los Derechos de los Trabajadores (Worker Rights Consortium) dijeron que la única forma en que las empresas pueden estar seguras de no ser cómplices es si han asumido de manera proactiva un conjunto de compromisos para eliminar por completo sus cadenas de suministro de la región.

End Uyghur Forced Labor ha hecho un llamado a la acción para que las empresas hagan los anteriores compromisos, y aunque siete marcas ya han firmado el llamado, L Brands no es una de ellas.

Ilham también señaló que, cuando el gobierno chino tomó represalias contra varias empresas estadounidenses por realizar declaraciones públicas contra el trabajo forzoso uigur en sus sitios web esta primavera, muchas respondieron eliminando sus declaraciones, incluida Victoria’s Secret.

“Consideramos que retirar una declaración, cuando ya se ha pronunciado una postura, es una señal de que las empresas podrían estar priorizando sus intereses comerciales en China sobre las vidas y los derechos humanos de los uigures”, dijo Kyritsis.

Daniel es un diseñador de moda consciente de que la industria de este sector es una de las más contaminantes. Así que decidió cambiar la situación y empezó a diseñar ropa a partir de desechos de otros diseñadores.

La renovación de la marca Victoria’s Secret es el ejemplo más reciente de una empresa que dirige su marca hacia el cambio social. Pero quedan dudas respecto a si los cambios en el marketing conducirán a ajustes en las prácticas de la cadena de suministro.

Kyritsis afirma que empresas como Victoria’s Secret, y los gobiernos que las regulan, deben adoptar un enfoque más sistemático para exigir mejores condiciones laborales.

“Esto es en gran parte el resultado de la dinámica de la cadena de suministro que prioriza la producción rápida, manufacturando artículos al menor costo posible”, dijo. “Ciertamente no es inevitable que los trabajadores ubicados ​​en la base de las cadenas de suministro sean explotados y abusados”.

(Editado por Yerem Mújica y Melanie Slone)



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