Más de dos tercios de las universidades en Estados Unidos han descartado las pruebas estandarizadas para la solicitud de ingreso al semestre de otoño de 2022, lo que tiene a los observadores académicos con opiniones divididas sobre los resultados.
El debate es si la medida promoverá la equidad en la inscripción de estudiantes o cambiará el enfoque hacia unos requisitos de admisión susceptibles a la manipulación.
Un informe publicado el 29 de julio por el Centro Nacional de Pruebas Justas y Abiertas, o FairTest, establece que “más de mil 600 escuelas superiores de cuatro años no requerirán que los estudiantes presenten puntajes ACT/SAT para que se les considere para la inscripción en otoño de 2022”.
“Los estudiantes del último año de bachillerato del próximo año deberían aprovechar la gama completa de opciones de admisión”, declaró el director ejecutivo de FairTest, Bob Schaeffer, en el informe.
Schaeffer dijo que espera un aumento en el número de instituciones que solicitan opcionalmente los resultados de pruebas académicas, y calificó el cambio de política como un “beneficio tanto para los estudiantes como para las escuelas”.
“Estudio tras estudio, el más reciente de la Universidad de California, se ha demostrado que la eliminación de los requisitos de los exámenes de admisión aumenta la diversidad de los estudiantes sin reducir la calidad académica”, dijo Schaeffer después de la publicación del informe FairTest.
Mientras las universidades se preparan a aceptar estudiantes para el aprendizaje presencial en el campus el próximo mes, el debate sobre los métodos de admisión se surge a partir de la pandemia de COVID-19. La mayoría de los estudiantes del último año de bachillerato se vieron obligados a aprender de manera virtual durante períodos de cuarentena prolongados en el último año académico.
Después de pasar a la modalidad de examen opcional el año pasado, el sistema de la Universidad de California resolvió una demanda en mayo, al acordar no considerar las evaluaciones SAT o ACT hasta 2025. La demanda argumentó que las pruebas eran injustas para los estudiantes de color, para aquellos con familias de bajos ingresos y para personas con discapacidades.
Después, el sistema de California anunció un número récord de solicitantes para el otoño de 2021, y la generación de primer año más diversa del sistema hasta el momento.
A diferencia de la mayoría de los estados, el sistema universitario estatal de Florida se negó a renunciar a los requisitos de las pruebas ACT/SAT durante la pandemia. Las admisiones cayeron un 50 por ciento interanual, debido en parte a la disponibilidad limitada de pruebas durante el período.
Muchos de los que están en el sector tienen opiniones divididas sobre las ventajas de abandonar las pruebas de admisión.
Craig Meister, un asesor independiente para admisiones universitarias, dijo que las pruebas brindan a las universidades una medida objetiva poco común del desempeño académico cuando “Todas las demás partes de la solicitud son susceptibles a la manipulación o el favoritismo”.
“Puedes tener profesores y consejeros que te quieran y quieran escribir una hermosa carta de recomendación para ti”, dijo Meister a Zenger. “Te pueden ayudar con tus ensayos o, Dios no lo quiera, puedes hacer trampa. Puedes tener maestros de una escuela que se sienten muy presionados para otorgar una calificación máxima, ya sea por las quejas de los padres o estudiantes, o solo para conservar sus empleos”.
“Detesto decirlo, pero el hecho es que todo lo demás es mucho más fácil de falsear que un examen estandarizado”, dijo.
Meister cree que las políticas de exámenes opcionales son una forma para que las universidades mantengan en promedio puntajes altos de los exámenes mientras admiten a un grupo más diverso de estudiantes cuando lo consideren adecuado. Para los estudiantes admitidos sin pruebas SAT o ACT, dijo Meister, es probable que las universidades brinden asistencia y apoyo adicionales para que no se atrasen en comparación con sus compañeros.
Otros dicen que los puntajes de SAT y ACT no son un fuerte predictor del éxito universitario, y que otras métricas utilizadas por los encargados de admisiones todavía están en juego.
Stephanie Niles, vicepresidenta de inscripción y comunicaciones de la Universidad Wesleyana de Ohio, en Delaware, dijo que los puntajes de los exámenes generalmente reflejan solo la capacidad de un estudiante para tener éxito en su primer semestre. Después de eso, dijo, el GPA del bachillerato es la mejor métrica.
Sin información estandarizada de evaluaciones, dijo Niles, habrá más énfasis en factores como el GPA, el rango en clase, los ensayos, las recomendaciones y otras actividades extracurriculares, que, según dijo, a menudo son métricas más útiles para el personal de admisiones.
“Esos factores realmente tienen peso en nuestra decisión y nos dicen mucho más sobre el estudiante y sobre su capacidad para tener éxito y para aportar de lo que alguna vez nos dijo una calificación de examen”, dijo Niles.
Adam Miller, vicepresidente interino de admisiones y ayuda financiera en el Whitman College, en Walla Walla, Washington, también cuestiona el valor obtenido de los puntajes de las pruebas.
Él cree que las evaluaciones estandarizadas, a diferencia de las otras métricas, tienen un impacto desproporcionado en los estudiantes de color, los estudiantes universitarios de primera generación y los estudiantes de bajos ingresos, algunas de las mismas comunidades que el Whitman College está tratando de alcanzar con su matrícula.
Si las oficinas de admisiones se toman el tiempo de leer las solicitudes, dijo Miller, por lo general pueden obtener los mismos conocimientos que a partir de los resultados de un examen, sin desanimar a algunos estudiantes a postularse.
“Ya pasamos mucho tiempo leyendo solicitudes”, dijo Miller. “Eliminar una variable simplemente significa que estás observando un poco más profundamente las variables restantes”.
La cantidad de solicitudes que una universidad recibe juega un papel clave en la logística de las decisiones de admisión, dijo a Zenger Luke Cornelius, director de administración de educación superior de la Universidad del Norte de Florida. No todas las instituciones tienen tanto tiempo para leer detenidamente cada solicitud, como las escuelas más pequeñas como la Wesleyana de Ohio o el Whitman, cada una con alrededor de mil 500 estudiantes universitarios, dijo.
La Universidad de Florida Central, por ejemplo, tiene 61 mil estudiantes universitarios. Cornelius se pregunta cómo sería factible que una escuela de ese tamaño pueda evaluar decenas de miles de solicitudes cada año.
“En ese entorno, correcta o incorrectamente, las calificaciones de las pruebas estandarizadas pueden ayudar”, dijo.
Al final, la mayoría de las universidades probablemente tendrán que decidir qué es lo mejor para ellos, según Meister, quien cree que las pruebas estandarizadas regresarán “de alguna u otra forma”.
Miller, del Whitman College, sin embargo, dijo que las universidades podrían estar complacidas de descubrir que el nuevo sistema sin exámenes permite la admisión de una nueva y vibrante cohorte de estudiantes que anteriormente habían sido ignorados.
“Creo que probablemente encontrarán que el ajuste no fue tan grande como muchos temían”, dijo Miller. “Mientras más y más universidades, incluidas algunas que generan gran cantidad de solicitudes como el sistema [de la Universidad de California], dejen de exigir exámenes… será difícil revertir esta tendencia”.
Traducción de Yerem Mújica; editado por Yerem Mújica y Melanie Slone
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